Nuestra única recompensa es la aprobación del público, sea esta un aplauso... o un escalofrío.

martes, 17 de enero de 2012

La Magia



> SECCIÓN DE OCULTISMO, LA MAGIA Y SUS VERTIENTES:

- Hoy me gustaría abordar un tema controvertido. Muy controvertido. Si bien es cierto que creer en Dios es algo muy generalizado en la sociedad y un tema "serio", del mismo modo la magia, por sus evidentes orígenes paganos (término usado por la iglesia para designar a todo aquello que no se basa o fundamenta en sus dogmas), es considerado un tema de niños. Algo fantasioso o falto de seriedad. La iglesia lleva muchos años metiendo en las cabezas de la gente esta idea que yo, a pesar de ser católico creyente, no comparto.

La iglesia siempre ha basado sus cánones en el determinismo absoluto y el destino escrito. La magia, a tal fin, supone un desarrollo de capacidades que incluso pueden ir en contra de lo que según la iglesia, Dios consiente. De esta manera, se considera un tema profano y que origina temor en gran parte de los individuos que componen la sociedad.

La magia, como base del arte ocultista, consiste en la manipulación de elementos de manera ajena tanto a criterios científicos como a criterios divinos. En este sentido, los ocultistas que lo publican abiertamente son tachados de "profanos" por la iglesia y de "poco serios" por la ciencia. Como consecuencia, para dedicarse al ocultismo hay que tener una mente muy abierta. En contra de lo que pudiese parecer, una persona firmemente atea no será un buen hechicero. Ni una persona que crea firmemente en la dogmática eclesiástica. Pero está mas cerca de llegar a ejercer este arte la segunda que la primera.

Para que algo funcione hay que creer férreamente en ello. Si crees en lo que haces puede salirte mal, pero si no crees en lo que haces nunca te saldrá. El ocultismo en este sentido tiene un punto en común con la iglesia, y es que es una cuestión de fé.


A continuación y dando por hecho que el lector sabe a este punto las bases, voy a proceder a enumerar los cinco tipos de magia que se conocen. La magia, al ser un ejercicio de voluntad, depende fundamentalmente de las intenciones de quien realiza el hechizo. En este sentido el pentagrama posee cinco esquinas o ramas:

- La magia Roja: Fundamentalmente se define como magia roja todo el grimorio de rituales y hechizos destinados a la unión o desunión de dos personas. Es el tipo de magia más conocida y común, la que más gente practica en el mundo. Aborda los sentimientos como base de sus objetivos fundamentales, abarcando estos tanto amistad como amor. Cualquier relación interpersonal humana que se modifique mediante rituales de magia se interpreta como magia roja. El método conductor más útil en sus rituales es la sangre.

- La magia Verde: Si anteriormente cité la magia roja como un tipo de magia sólo útil entre humanos (exponentes máximos de los sentimientos), la magia verde se fundamenta en el uso de la vida para alcanzar nuestros objetivos. La "Alquimia" solía ser en la edad media el principal exponente visible de este tipo de conjuras. Se basa en la creencia de que toda criatura viva (incluso los seres humanos) posee una esencia vital básica que lo caracteriza, y que manipulando estas esencias o mezclando las de varias criaturas vivas podemos manipular lo que cabe esperar de ellas. La magia verde cree en los "efectos espirituales" de las plantas, más allá de sus fines medicinales y terapéuticos. Manipulando las plantas podemos originar cambios en los animales o incluso en las personas, a nivel espiritual (con ayuda del fin médico).

- La magia Azul: Aumentando poco a poco la rareza y complejidad de los cinco tipos de magia conocidas, nos centramos ahora en la llamada magia azul. La magia azul es sin duda uno de los tipos que más voluntad requiere del hechicero para llevar a cabo sus fines. Si bien hemos visto la magia roja como manipuladora de sentimientos interpersonales, y la magia verde como manipuladora de las esencias de los seres vivos, la magia azul se centra en todo ente que no pueda considerarse "vivo", y en las energías del universo. El zoodíaco es un recurso habitual en la magia azul, ya que la posición de las estrellas en el nacimiento es uno de los nexos más poderosos para manipular a un individuo, vivo o muerto. No obstante, el eje central de la magia azul es la invocación. Se puede invocar todo ente del cual se tengan evidencias de su existencia, por vagas que estas sean (por ejemplo, no podríamos invocar a una criatura inventada por nosotros mismos, pero si a un demonio cuyos orígenes permanecen desconocidos). Cualquier tipo de sortilegio enfocado a conseguir ayuda de un "espíritu" o criatura adimensional se considera parte de esta rama, así como la manipulación de energías sobrenaturales.

- La magia Blanca: Una de las más conocidas ramas del pentágono es la referida a la magia blanca. Considerado de este tipo cualquier ritual, hechizo o convocación cuyos fines sean hacer el bien a otro sujeto, sea humano, vegetal, animal o espiritual. En este sentido, cualquier sortilegio dirigido a ayudar a alguien sin perjudicar a otra persona se consideraría magia blanca. Como el yin-yang, es muy fácil que un hechizo de magia blanca pase a ser negra si no se tienen en cuenta todos los factores importantes. A diferencia de la magia negra, por hacer el bien no recibirás necesariamente beneficios en tu vida. Hacer el bien suele ser un acto de voluntad y de pureza ejemplar, ya que es difícil para los seres humanos moverse sin recibir nada a cambio.

- La magia Negra: Muy conocida. Y por ende, demasiado practicada por personas cuya preparación difiere enormemente de la que sería mínimamente requerida, con consecuencias nefastas en la mayoría de los casos. En muy resumidas cuentas, la magia negra se rige por el dogma central del ojo por ojo. Se considera magia negra a cualquier hechizo, ritual o sortilegio de fines perversos, egoístas o que dañen a un tercero, sea o no por accidente. Absolutamente todos los hechizos fructíferos de magia negra tienen consecuencias para el traumaturgo, o como los que están medianamente informados afirman, "un precio". El precio puede repercutir en ellos directamente o no, pero en cualquier caso ellos deberán hacer la entrega del pacto.


Estos cinco tipos componen la tan difundida imagen del pentagrama o la estrella de cinco puntas. Existen ciencias o pseudociencias que sientan las bases materiales y experimentales en las que se basa este esquema, entre las cuales citamos la astrología, la alquimia, el tarot, la ouija, la ciencia paranormal o el esoterismo.

No es fácil hacerse con sortilegios auténticos, pero incluso en posesión de los mismos la experiencia puede fallar si no se tiene constancia, entrenamiento y voluntad. Nunca puede saberse con exactitud hasta que punto estamos en posesión de estas características, de manera que la mayoría de ocultistas en ciernes simplemente practican por el método de ensayo y error.

Por otro lado, la manipulación de fuerzas y energías requiere de conocimientos básicos en otras áreas de la ciencia y psicología humana. Difícilmente podemos realizar un sortilegio de oniromancia (manipulación de los sueños) si no conocemos las bases científicas del sueño (fase REM, sueño lúcido...). Y lo mismo se aplica a cualquier hechizo o ritual destinado a un fin específico. Podemos pasarnos meses repitiendo un conjuro de magia roja y no alcanzar nunca nuestros objetivos por desconocimiento de la psicología asociada al sujeto. Un buen ocultista será capaz de hacer gala de una extensa cultura. El ocultismo y la magia es simplemente otro modo de adquisición de conocimientos útiles, nunca una forma de vida. Cuando vivimos de algo, tendemos a ejercerlo de manera egoísta, y esto propicia que nuestras artes acaben truncadas irremediablemente hacia el mal, pero en el ocultismo todo tiene un precio...


La cueva de la Cruz


- Esta historia es completamente real, y me fue relatada por unos niños de mi barrio. No sé hasta que punto puedo creer en ellos, pero realmente me sorprendió la claridad y precisión de los detalles con los que me describieron el suceso. Impropios de su edad a todas luces:

Estaban los cinco una noche con sus padres en lo alto de la montaña que corona la ciudad de Cáceres. Allí se asienta una pequeña ermita y a su lado ha prosperado una terraza de verano, de manera que es frecuente en esta ciudad que sus habitantes suban eventualmente a tomar unas copas y charlar mientras contemplan las magníficas vistas que ofrece el relieve. Nada más lejos de la realidad, ya que en aquella ocasión, como en tantas otras, una familia más había subido a aprovechar el calor estival ya en agosto, cerca de su apogeo final.

Los niños pronto empezarían las clases, así que no perdieron la oportunidad de jugar a explorar la zona oscura de la montaña aquella noche tórrida. El verano llegaba a su fin, y dejaría paso pronto a una estación mucho más siniestra: El otoño.

La llamada por ellos como "zona oscura" no es más que la parte no iluminada de la montaña. Se decidió dejar sin iluminación por petición de los astrónomos que solían ir allí a observar las constelaciones aprovechando la altura del terreno. Es la zona más escarpada del lugar, y la carretera se encuentra bordeada por rocas afiladas de formas perforantes, como los dientes de alguna alimaña. También existen entre estas rocas senderos, unos conducen a chalets, otros a ninguna parte... y justo la oscuridad reinante y la siniestra penumbra que engullía los senderos fue uno de los principales detonantes para que, en su juego, uno de los chiquillos plantease un desafío que ninguno de ellos olvidarán: "A que no os atrevéis a explorar el sendero".


Por supuesto la ermita había dado pié a que la iglesia sembrara el terreno de cruces de piedra, que simbolizaban el calvario de cristo, aunque algunas de ellas estaban situadas en zonas que no invitaban al turismo. Se desconoce el siglo en el que aquellas estatuas se fabricaron, pero hay rumores que afirman que el hallazgo de alguna de ellas fue la causa central de que se construyera la ermita. Otros rumores afirman que las cruces se construyeron en los siglos posteriores a la ermita, como tributo a esta. No hay nada claro.

Por otro lado un terreno no es de extrañar que en un terreno tan escarpado existan pequeñas covachas naturales de poca profundidad, algunas aún ocultas y otras conocidas.


Los niños se dirigieron por un sendero al azar. Nunca supieron indicarme cual era a la luz del día, pero todos recuerdan la imagen nocturna que ofrecía esa noche: El más oscuro y tenebroso de todos. Se extendía como una lengua serpenteante entre las rocas y se perdía entre las sombras...

Tenían miedo, aunque algunos lo intentaban enmascarar con un aparente envalentonamiento. Desde luego nunca esperaron encontrarse o que vieron aquella noche, quizá por eso actuaron así.

Luego de un trecho, uno de ellos me relató que comenzaron a sentir una brisa fría. Raro en aquella estación, aunque no tan raro si pensamos en la elevación del terreno. Prosiguieron a través del camino, hasta perder de vista la carretera. La oscuridad allí era absolutamente negra. Las siluetas oscuras de las rocas se vislumbraban como garras de piedra fría y absorbentes, que parecían tratar de cerrarse sobre ellos para ocultar la poca luz que emitían las estrellas y la Luna. Y justo allí, presenciaron algo que los marcó de por vida...

Al final del sendero, apenas unos diez metros más adelante, alcanzaron a ver la silueta de una cruz al lado de lo que parecía una oquedad entre las rocas. La imagen de por si era escalofriante, pero lo que en verdad les hizo estremecer fue que desde la base de la cruz, un bulto se levantó sigiloso. Aún más negro que la noche, resaltaba en la misma oscuridad. Al levantarse describieron a una figura de la que sólo se deducía que se cubría con una túnica con capucha. Algunos niños me relataron haber observado incluso lo que parecía ser una guadaña: "Llevaba algo que brillaba sobre su cabeza, como de metal".

Atendiendo a su relato, ofrecían contradicciones con respecto al aspecto de aquello, pero todos coincidían en que parecía un encapuchado del que sólo se alcanzaba a ver su negro manto. Sigilosamente, los niños me relataron como sin prestarles atención, como si el ente permaneciese en una dimensión ajena, se dirigió lentamente hasta la cueva más cercana. Y allí desapareció.

Tan pronto como dejaron de verlo, los niños echaron a correr de vuelta atrás por el sendero...


Los niños tienen mucha imaginación, estamos de acuerdo en eso. Pero realmente este hecho podría tener algo de realidad. ¿Puede ser que los niños presenciaran a un espíritu? ¿O por su aspecto podría ser la mismísima parca? Nunca lo sabré con certeza. Pero tan pronto como uno de ellos (a la prudente edad de 18 años ya) me relató el suceso, me encaminé hasta la zona en la que supuse que estaba aquella cruz con la cueva cerca. Sólo encontré un lugar que respondiese a la peculiaridad de la situación: En la curva que traza la carretera a través de la llamada "zona oscura" (aún hoy se respeta su ausencia de luz), existe un sendero que asciende al final de la curva, cuando la carretera vuelve a ser recta. Apenas se aprecian ya sus trazos, inundados de abundante hierba. Al llegar al hipotético lugar de la historia, con la cruz de piedra al lado de la covacha, pude comprobar algo que me dejó helado aún a plena luz del día:

- Allí, depositada al lado de la cruz en la cueva, había una corona de flores. Una de esas típicas coronas de flores que encuentras en carretera, en los lugares donde ha ocurrido un accidente para recordar a las víctimas fallecidas en el. Curiosamente aún hoy me sigue atormentando una pregunta: ¿Que hacía una corona allí, tan alejada de la carretera y sin accidentes visibles que pudiesen haber causado la muerte de alguien? Nunca lo sabré, como nunca sabremos quien murió allí, o si la hipotética "parca" vista por los niños años atrás tuvo algo que ver...